A falta de unos días para que se cumpla el primer año de la entrada en vigor de la actual Ley del tabaco, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) calcula que unas 600.000 personas han dejado de fumar desde el pasado día 2 de enero, fecha en la que se prohibía fumar en todos los espacios públicos cerrados.
Ante este dato, los profesionales sanitarios que agrupan la organización muestran su satisfacción por unas cifras, dicen, que “hablan por sí mismas”. Y es que, además de haber conseguido que una parte de la población se plantee dejar de fumar, al menos se han dejado de vender más de 500 millones de cajetillas.
Asimismo, destacan que se ha producido una caída del 10 por ciento de los ingresos hospitalarios por infarto o la disminución en un 15 por ciento de los casos de asma infantil.
Por tanto, esperan que “estos buenos motivos” sean suficientes para que no haya retrocesos en la ley y se siga avanzando en las medidas de prevención y control del tabaquismo. Y, por si aún quedan dudas, recuerda que existen otras razones como que es está demostrado que el tabaco es un carcinógeno ambiental para el cual no hay un nivel seguro de exposición, de modo que cualquier cantidad es peligrosa.